¿Cómo están viviendo los italianos el aislamiento por el coronavirus?
- Laraprzjmn
- 13 mar 2020
- 4 Min. de lectura

Tras el pánico vivido estos días, no he podido evitar sentir una angustia en el pecho. Ayer a las 8 de la tarde salía un vuelo que llevaba esperando mucho tiempo, con destino a París. A las 4 habíamos decidido que no era buena idea arriesgarnos por un viaje de ocio y, mientras Iberia nos recordaba que podíamos facturar nuestro equipaje de mano, hemos seguido teletrabajando, a la vez que leíamos nuevos casos positivos y nuevas medidas tomadas por el gobierno, cada vez más radicales.
Lo primero que se me viene a la mente es nuestro país vecino. Aquel que me acogió durante 10 intensos meses y que me enseñó el lado positivo de la vida. Ese país que transmitía felicidad y alegría por cada palabra que se escuchaba. Hoy el silencio se ha apoderado de sus calles, nadie entra ni sale de casa y los aeropuertos se han clausurado. Una época triste, no solo para Italia, sino para el resto del mundo.
El COVID-19 nos la ha jugado, pero bien. Nadie esperaba que lo que decían que era “una gripe más” y solo afectaba a los más mayores, pudiera llegar a aislar un país entero. En la bota, la situación es catastrófica. Las escuelas, las universidades, los bares, las discotecas, los restaurantes, las bibliotecas… podría seguir alargando la lista, pero la conclusión es que todo está cerrado. Un duro golpe para la economía con el que más adelante tendrán que lidiar. Aunque no todo es negativo, pues como afirma Valerio Buonadonna, italiano que trabaja en Milán, “la situación es grave pero saldremos de ella con las medidas de prevención adecuadas”. A pesar de ello, él mismo ha reconocido que era del grupo de los escépticos, que no creía que el virus se extendiese hasta ese punto, pero ahora está preocupado por si los pensamientos positivos que le pasan por la mente, de pronto se oscurecen.
Para Valerio, el principal problema está en el tratamiento de los contagiados. Los hospitales no tienen la capacidad de atender a todos, y es por eso que las medidas de prevención son tan importantes. El gobierno es el que decide en este tema, aunque a veces no estemos de acuerdo con las acciones llevadas a cabo. Giuseppe Gazzaneo ha comentado que la primera de ellas fue aislar la zona de Lombardía. En concreto fue la ciudad de Codogno, donde se registró el primer caso conocido de coronavirus. Más adelante, fue toda Italia la que se puso en aislamiento, el cual durará hasta el 3 de abril, aunque según Valerio: “pienso que esto puede durar hasta finales de mayo”.
"Los hospitales son un caos, no hay camas suficientes para curar a todos y tienen que limpiar rápidamente las habitaciones para poder atender a más gente", comenta Paolo Gamberale. A lo que añade que "estos últimos días, los hospitales más pequeños se están reservando para tratar solo casos de coronavirus o a posibles personas contagiadas".
Pero no solo los italianos residentes en la bota están sufriendo las consecuencias. Livio Comunale, ciudadano de la zona de Nápoles, lleva unos meses estudiando en España, concretamente en Valencia. Para él “las medidas han llegado de manera repentina y fuerte para transmitir la gravedad de la situación y evitar más contagios entre la población. Incluso están multando a aquellos que salen a la calle sin necesidad”, a lo que añade que “España no tiene por qué llegar a esa situación si se conciencia de la facilidad del contagio”. Además, Livio al estar lejos de su familia tiene doble preocupación, pero asegura que “me gustaría volver a casa, aunque me siento seguro aquí”.
La asturiana Patricia Cortina llegó a trabajar hace un par de meses a Milán para participar en un voluntariado europeo. Ella ha vivido esta situación desde el primer caso positivo y afirma que no se lo tomaron muy en serio, pues la gente hacía vida normal sin pensar en el riesgo del contagio. “Cerraron escuelas y universidades y la gente se lo tomó como unas vacaciones. Viven en su mundo y, por lo general, no pensaron en los demás”. Por otro lado, Patricia afirma que las medidas han sido las correctas, aunque el gobierno ha llegado tarde a la hora de implantarlas, sin contar que las personas no han sido conscientes del todo sobre la velocidad de propagación del virus.
Además, Patricia ha tenido suerte, pues ha conseguido volver a España antes de que el país se cerrara completamente. Según ella, tomó todas las medidas de prevención que aconsejaba el ministerio de sanidad, pero no fue eso lo que le llamó la atención: "Mi sorpresa fue que en ningún aeropuerto hicieron ningún tipo de control ante el coronavirus, lo cual se había establecido ya en un primer decreto. El Gobierno de Italia, desde mi punto de vista actuó mal, y sus ciudadanos mucho peor".
En cuanto a la pregunta de si la situación se ha exagerado, las opiniones han sido diversas. Mientras que Livio afirma que hay que ser respetuoso con la situación porque todavía no existe una cura, Valerio comenta que lo más importante es guardar la calma y que, aunque los supermercados están vacíos porque la gente compra todo lo que ve, “trabajan mucho y hay comida de sobra para abastecer a todos”. Por su parte, Paolo explica que "no es momento para bromear, está muriendo mucha gente. Necesitaríamos hacer un examen de conciencia para entender cómo actuar".
Aunque por ahora no haya indicios de que esto vaya a acabar, la luz se ve al final del túnel y China es un claro ejemplo. El país asiático ha sido el peor parado y recientemente ha afirmado estar superando la crisis y haber vencido al virus. La primera ficha de dominó que ha ido arrasando con el resto de países, puede que también sea la parte del juego que traiga la solución a todos. En un mundo tan globalizado, todo cuenta, y como aconsejan nuestros compañeros italianos, "lo importante es guardar la calma y seguir las medidas de higiene correctas".
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